Recuperamos, en el Día de la Diversidad Cultural, de viejos escritos esta argumentación del abogado Carlos Eusebi, de larga trayectoria en la Sociedad Italiana y en la vida cultural de Quilmes. El polémico Colón y su discutido 'descubrimiento' desde un punto de vista particular, un análisis muy propio, pues para la reflexión conviene conocer todas las orientaciones del pensamiento.
por Carlos Eusebi (*)
Si
nos preguntan porqué se festeja y se seguirá festejando el 12 de Octubre en
varias parte de Europa y América quizás será porque se tiende últimamente a
unir dos hechos fundamentales en la historia de los hombres, unidos a través
del tiempo y de la historia. El primero se refiere al inicio de un movimiento
cultural, artístico y filosófico que continúa hasta el día de hoy: El
Renacimiento.
Parece esta la oportunidad para recordar a Cristoforo Colombo, Piero
della Francesca, Lorenzo de Medici, Miguel Ángel, Niccoló Macchiavelli,
Pierluigi di Palestrina, iniciadores de este fundamental movimiento del
espíritu humano que se viene desarrollando por más de 512 años de
continua creatividad.
El
segundo de los hechos fundamentales se refiere al Descubrimiento de América. Es
bien cierto que podemos decir que si los europeos de entonces descubrieron a
los americanos en 1492, debemos reconocer que también los americanos descubrieron
en ese entonces a los europeos.
Sea
como sea, muchos entre nosotros pensamos que hay que seguir conmemorando
este hecho o este encuentro como se lo quiera llamar ya que lo
consideramos como el acontecimiento de más trascendencia que haya realizado las
humanidad a través de los tiempos ya que no solamente amplió los límites de la
tierra sino que también abrió impensable horizontes al espíritu humano.
En
efecto nada tan espectacular se ha producido en el desarrollo de las
relaciones internacionales que este gran paso que dio el hombre en la
exploración de tierras desconocidas y que llevó a la comprobación de la
redondez de la tierra, al triunfo de la ciencia sobre la superstición, al
nacimiento de un nuevo mundo y a la implantación de la fe de cristo en tierra
americana.
Es
cierto que los juicios que se vertieron y se vierten todavía sobre la gesta
americana se fundan frecuentemente en las ideologías, tendencias o
sentimientos de quienes los emiten, mas que en los hechos documentados, pero es
también cierto que hoy, a distancia de tantos años el encuentro de dos mundos
aparece como una realidad cierta.
Ahora bien, volviendo atrás, si el descubrimiento " es la
mayor cosas después de la creación del mundo, sacando la encarnación y la
muerte del que lo creó" como dice Francisco López de Gomara,
también es cierto que trajo como consecuencia la conquista y la colonización.
Sin
embargo es imposible no reconocer a España una gesta que concluyó con la
organización de ese enorme territorio que se extiende desde California hasta
Chiloé, las islas del pacifico y Filipinas sin mencionar las
intervenciones en tierra firme asiática, con instituciones tan vastas
como estables.
Creemos que los acontecimientos históricos deben evaluarse en el contexto de la
época en que sucedieron. El descubrimiento acaeció en una época de misticismo
e impiedad, caballerosidad y villanía, poéticos ideales y ruines
procedimientos, exquisita cultura y oprobiosa barbarie, refinada civilización
y artística magnificencia. La época de enrique VIII, de César Borgia, de la
inquisición política en Venecia y otras ciudades de Europa y de las guerras
religiosas.
España, recién salida de una lucha de siete siglos, asume la enorme
responsabilidad de iniciar el gigantesco proceso de transvasamiento, por medios
privados y a través de las capitulaciones, de la tradición grecolatina y
cristiana hacia el nuevo mundo. Esta hazaña produjo acontecimientos en
los que se entremezclaron saldos negativos y positivos.
¿Es
cosa de sensatos, como pretenden algunos, recusar el descubrimiento por esas
razones?
¿Por qué entonces, se pregunta Massuh, no renegamos de las grandes invenciones
de la humanidad como la brújula, la pólvora, la energía atómica, la escritura
por sus consecuencias negativas obviando las positivas?
Mientras el concepto de descubrimiento tiene una fecha fija y un sentido
histórico, el encuentro es un proceso aglutinador e integrador en donde, con el
respeto debido a los indígenas, a su historia así como a toda
minoria, debe buscarse una vía de comprensión y de entendimiento.
No
podemos prescindir ni de uno, ni de otro porque si el descubrimiento
tiene raíces en 1492, el encuentro florece de cara al 2010, año
este último, que lleva en sus entrañas la reivindicación de un futuro mejor.
Si hoy América no puede festejar la conquista puede sin embargo conmemorar lo
que ésta significó en la creación de su peculiar identidad.
Latinoamérica no puede repudiar este pasado, porque entre conquistadores y
conquistados hubo choques sangrientos, pero también coexistencia e
intercambio. En la fusión de estirpes y culturas debemos buscar los rasgos
fundamentales de nuestra idiosincrasia.
América sigue siendo la esperanza. A las independencias logradas, que no
mejoraron demasiado ni el trato ni las condiciones del aborigen, urge agregar
el bienestar y el progreso para todos.
Nosotros, los hombres que hoy honramos al Indio Kilme, a Isabel la Católica y al gran
Almirante Genovés tenemos el deber de arrimar esfuerzos hacia la cristalización
de este sueño de libertad y justicia que aquí tiene un nombre: Argentina.
por Carlos Eusebi
12/10/1992
12/10/1992
NOTA
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