TÚPAC AMARU - 19 DE ABRIL DÍA DEL ABORIGEN



En el Día del Aborigen bien vale recordar a uno que hizo historia, el Inca Túpac Amaru.
¿Quién era Túpac Amaru? Un indio, un morocho, un nativo, un hombre originario, si bien corría por sus venas la sangre imperial de los Incas, de los hijos del sol, el conquistador español ya se la había ido diluyendo a lo largo de generaciones y por obra y gracia de la Cruz que acompañó la Espada de la conquista lo bautizaron José Gabriel Condorcanqui. Había nacido en Surimana en 1738. Ya habían pasado 205 años desde que Pizzarro hizo asesinar a Athaualpa el 25 de julio de 1533.
Fue por herencia a ser cacique de Tungasuca, Surimana y Pampamarca, y el rey de España le concedió el título de marqués de Oropesa. Esto no lo convirtió en un cipayo pues estaba orgulloso de su sangre india. En 1780 se produjo una rebelión entre los nativos – anteriormente se había producido otras - contra los abusos de los corregidores y contra los tributos, el reparto de mercaderías y las prestaciones obligatorias de trabajo que imponían los españoles por medio de lo que llamaban mitas y los obrajes. Hombres mujeres y niños desde los 6 años debían trabajar hasta 12 horas por día en plantaciones y minas, a veces a largas distancias de sus pueblos y recibían
castigos físicos. Los niños pequeños eran los preferidos para trabajar en las minas pues se los hacía penetrar por conductos estrechos y a veces transcurrían semanas en las profundidades para acostumbrarlos a la oscuridad. Los que sobrevivían y tenían la oportunidad de salir quedaban ciegos frente a la luminosidad solar.
Debido a la penuria en que se hallaban las arcas públicas a causa de los conflictos internacionales, la corona española impuso una carga fiscal excesiva en sus dominios americanos y por supuesto los que pagaron fueron los pueblos originarios. Ya habían perdido sus derechos sobre la tierra, les habían descarnado la identidad imponiéndoles una cultura extraña, fueron destruidas las "bibliotecas" incas de quipus por los inquisidores combatientes de herejías, prohibiendo la enseñanza de los quipucamayoc o conocedores del arte de leerlos, y el saqueo que sufrido el Cusco de los objetos de arte que aún hoy algunos museos de Europa exhiben como maravillas del expolio.
Por supuesto que a los hombres hay que juzgarlos de acuerdo a sus épocas y los europeos en esos años no tenían ni una minúscula idea de lo que hoy consideramos Derechos Humanos - aunque aún a algunos los fastidie un tanto y otros los disimulan o los consideran un ‘curro’ – ni el tan ignorado ‘ amor al prójimo’ que su religión postulaba.
SUBVERSIÓN
Ante estos intolerables abusos José Gabriel Túpac Amaru no fue ciego ni sordo. Primero pacíficamente intentó entrar en razones con las autoridades de Lima en 1776, pidiendo que se exonerara a sus hermanos de los servicios de mita y de la abusiva explotación que padecían en los obrajes. Pero fue en vano y se produjeron numerosos alzamientos, de intensidad creciente en todo el Perú y en el territorio de la Audiencia de Charcas. El descontento popular de indios y mestizos se transformó en una sublevación general que sacudió los cimientos del orden colonial. Túpac Amaru se transformó en un subversivo en lucha directa contra el imperialismo español del blanco, del europeo, se puso al frente de la rebelión, se constituyó en líder social “La independencia propuesta por Túpac no era sólo un cambio político, implicaba modificar el esquema social vigente en la América española.” […] “Por donde pasaba el ejército libertador se acababa la esclavitud, la mita y la explotación de los seres humanos.”
El 18 de noviembre de 1780 se produjo la batalla de Sangarará donde los realistas fueron derrotados. Túpac Amaru propuso "Vivamos como hermanos y congregados en solo cuerpo. Cuidemos de la protección y conservación de los españoles; criollos, mestizos, zambos e indios por ser todos compatriotas, como nacidos en estas tierras y de un mismo origen". Pero la soberbia del conquistador, del blanco del que se había hecho con el poder, no lo escuchó.
Entre el 5 y el 6 de abril de 1781, se libró una desigual batalla entre los dos ejércitos y Túpac Amaru fue hecho cautivo. La mayor parte de sus guerreros sobrevivientes a la batalla fueron pasados a cuchillo en el lugar.
Túpac fue sometido a horribles torturas para que delate a sus camaradas durante varios días. Se le ataron las muñecas a los pies. En la atadura que cruzaba los ligamentos de manos y pies fue colgada una barra de hierro de 100 libras e izado su cuerpo a 2 metros del suelo causándole el dislocamiento de uno de sus brazos. Túpac no delató a nadie. El 17 de mayo de 1781 Túpac Amaru fue condenado a muerte. El visitador general, José Antonio Areche, quien condujo la contrarrevolución hizo que la condena alcanzara a toda la familia Condorcanqui hasta el cuarto grado de parentesco.
TRANSCRIPCIÓN DEL SUPLICIO
“El viernes 18 de mayo de 1781, después de haber cercado la plaza con las milicias de esta ciudad del Cuzco... salieron de la Compañía nueve sujetos que fueron: José Verdejo, Andrés Castelo,
un zambo, Antonio Oblitas (el que ahorcó al general Arriaga), Antonio Bastidas, Francisco Túpac Amaru; Tomasa Condemaita, cacica de Arcos; Hipólito Túpac Amaru, hijo del traidor; Micaela Bastidas, su mujer, y el insurgente, José Gabriel. Todos salieron a un tiempo, uno tras otro. Venían con grillos y esposas, metidos en unos zurrones, de estos en que se trae la yerba del Paraguay, y arrastrados a la cola de un caballo aparejado. Acompañados de los sacerdotes que los auxiliaban, y custodiados de la correspondiente guardia, llegaron al pie de la horca, y se les dieron por medio de dos verdugos, las siguientes muertes: A Verdejo, Castelo, al zambo y a Bastidas se les ahorcó llanamente. A Francisco Túpac Amaru, tío del insurgente, y a su hijo Hipólito, se les cortó la lengua antes de arrojarlos de la escalera de la horca. A la india Condemaita se le dio garrote en un tabladillo con un torno de fierro... habiendo el indio y su mujer visto con sus ojos ejecutar estos suplicios hasta en su hijo Hipólito, que fue el último que subió a la horca. Luego subió la india Micaela al tablado, donde asimismo en presencia del marido se le cortó la lengua y se le dio garrote, en que padeció infinito, porque, teniendo el pescuezo muy delgado, no podía el torno ahogarla, y fue menester que los verdugos, echándole lazos al cuello, tirando de una a otra parte, y dándole patadas en el estómago y pechos, la acabasen de matar. Cerró la función el rebelde José Gabriel, a quien se le sacó a media plaza: allí le cortó la lengua el verdugo, y despojado de los grillos y esposas, lo pusieron en el suelo. Le ataron las manos y pies a cuatro lazos, y asidos éstos a las cinchas de cuatro caballos, tiraban cuatro mestizos a cuatro distintas partes: espectáculo que jamás se ha visto en esta ciudad. No sé si porque los caballos no fuesen muy fuertes, o porque el indio en realidad fuese de hierro, no pudieron absolutamente dividirlo después que por un largo rato lo estuvieron tironeando, de modo que lo tenían en el aire en un estado que parecía una araña. Tanto que el Visitador, para que no padeciese más aquel infeliz, despachó de la Compañía una orden mandando le cortase el verdugo la cabeza, como se ejecutó. Después se condujo el cuerpo debajo de la horca, donde se le sacaron los brazos y pies. Esto mismo se ejecutó con las mujeres, y a los demás les sacaron las cabezas para dirigirlas a diversos pueblos. Los cuerpos del indio y su mujer se llevaron a Picchu, donde estaba formada una hoguera, en la que fueron arrojados y reducidos a cenizas que se arrojaron al aire y al riachuelo que allí corre. De este modo acabaron con José Gabriel Túpac Amaru y Micaela Bastidas, cuya soberbia y arrogancia llegó a tanto que se nominaron reyes del Perú, Quito, Tucumán y otras partes...”
DESCENLACE
No hay desenlace porque aún se sigue explotando a estos pueblos, se les arrebatan sus tierras y los ‘blancos’ de hoy se escandalizan cuando alguno obtiene una prebenda – mientras que ellos ostentan miles – y se les inventa causas judiciales. El poder (que sigue siendo el mismo de 1781, pero con cierto poder de disimulo que imponen las buenas costumbres) acompañado por los medios corporativos, los financistas del neoliberalismo y ciertas clases sociales inseguras de su propio origen que lucen crucifijos en sus pechos se muestran indignados ante cualquiera de estos “indios” que se transforman en líderes sociales, en defensores de sus derechos y hasta tienen el tupé de llegar a ¡presidentes!
Muchas de las grandes fortunas (y algunas medianas) de Argentina, Boliva, Perú, Ecuador, de toda Latinoamérica se hizo con la sangre de los indios, mestizos, “negros de mierda” en una sucesiva lucha de clases. Lamentablemente no habrá paz verdadera, sana convivencia, hasta que cambie la conciencia humana. 
La casa de José Gabriel Condorcanqui Noguera, Túpac Amaru II fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura del Perú. El predio que representa un importante valor para la memoria colectiva a nivel nacional, se ubica en el centro poblado de Surimana, distrito de Túpac Amaru, provincia de Canas (región Cusco).

Crónica de Chalo Agnelli
FUENTES
Lewin, Lewin. “Rebelión de Túpac Amaru y los Orígenes de la Independencia Hispanoaméricana”. Sociedad Editora Latino Americana - 2004
Lopez, Horacio Alberto. “Tupac Amaru, El Hombre Del Llautu Rojo” Editorial Dialéctica,1992
Los Hombres – “Tupac Amaru”. Ed.: Ceal Año: 1° Edición 1978
Vega, Juan José. Edición de autor. 1969
1.- Pigna, Felipe “Túpac Amaru” http://www.elhistoriador.com.ar/

EDUCACIÓN Y CAMBIO - PAULO FREIRE


“YO SOY EN LA MEDIDA EN QUE LOS OTROS SON TAMBIÉN”
La primera condición para qué un ser pueda ejercer un acto comprometido está en que éste sea capaz de actuar y re­flexionar.

***
Si la posibilidad de reflexión sobre sí, sobre su estar en el mundo asociada indisolublemente a su acción sobre el mundo, no existe en el ser, su estar en el mundo se reduce a un no poder trascender los límites que le son impuestos por el mismo mundo, de lo que resulta que este ser no es capaz de compromiso.
* * *
No es posible hacer una reflexión sobre lo que es la edu­cación sin reflexionar sobre el hombre mismo.
Por esto, es preciso hacer un estudio filosófico-antropológico. Comencemos por pensar sobre nosotros mismos y tra­temos de encontrar, en la naturaleza del hombre, algo que pueda constituir el núcleo fundamental donde se sustente el proceso de educación.
¿Cuál sería este núcleo captable a partir de nuestra pro­pia experiencia existencial?
Este núcleo sería: el 'inacabamiento' o la 'inconclusión' del hombre.
El perro y el árbol son también inacabados, pero el hom­bre se sabe inacabado y por eso se educa. No habría educa­ción si el hombre fuera un ser acabado. El hombre se pre­gunta: ¿Qué soy? ¿De dónde vengo? ¿Dónde puedo estar? El hombre puede autorreflexionar sobre sí mismo y colocar­se en un momento dado
en una cierta realidad: es un ser en búsqueda constante de ser más y como puede hacer esta autorreflexión se puede descubrir como un ser inacabado, que está en la búsqueda. He aquí la raíz de la educación.
La educación es una respuesta de la finitud de la infi­nitud. La educación es posible en el hombre, porque es inacabado y se sabe inacabado. Esto lo lleva a su perfección. La educación, por tanto, implica una búsqueda realizada por un sujeto que es el hombre. El hombre debe ser sujeto de su propia educación. No puede ser objeto de ella. Según esto, nadie educa a nadie.
Por otra parte, la búsqueda debe ser algo y debe traducirse en ser más: es una búsqueda permanente de sí mismo (yo no puedo pretender que mi hijo esté más en mi bús­queda y no en la de él).
Sin embargo, nadie puede buscar en la exclusividad in­dividualmente. Este buscar solitario se podría traducir en un tener más que es una forma de ser menos. Esta búsqueda debe hacerse con otros seres que también buscan ser más y en la comunión con otras conciencias, porque si no haría a unas conciencias objetos de otras. Sería “cosificar” las con­ciencias.
Jaspers ha dicho: “Yo soy en la medida en que los otros son también”.
El hombre no es isla. Es comunicación. Luego, hay una relación estrecha entre comunión y búsqueda.

Compilación Chalo Agnelli

FUENTE
Freire, Paulo. "Educación y Cmbio" Ed. Búsqueda. Buenos Aires. Noviembre, 1979. PP. 8; 9; 21 y 22

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