Ceferino M.
Namuncurá nacido en Chimpay en el corazón de la Patagonia el 26 de agosto de 1886 y fallecido en Roma el 11 de mayo de 1905, despertó a la
vocación religiosa en un colegio
salesiano (donde fue compañero del legendario
Carlos Gardel) fue declarado beato en su pueblo natal el domingo 11
de noviembre de 2007, ante más de 100.000 fieles llegaron al poblado sureño, desde todo el
país. Su caso marcó una continuidad de la política de la Santa Sede de
consagrar beatos y santos laicos iniciada durante el pontificado de Juan Pablo
II y también responde al tardío reconocimiento por parte de la
Iglesia de la cultura y valores de los pueblos originarios de América Latina.
Recién en 2002, fue canonizado en México Juan Diego Cuauhtlatoatzin, el primer santo
indígena.
EL
MILAGROSO
De tez mate, pelo negro azabache, baja estatura y
mirada pacífica, según las fotos de la época, Ceferino, cuyo apellido significa
en
lengua mapuche 'pie de piedra', de namun, pie, y curá, piedra,
aludiendo a ‘alguien firme, decidido’, es considerado el primer
“varón beato totalmente argentino”'
puesto que sus antecesores Artémides Zatti nació en Italia, mientras que Héctor
Valdivielso, el único santo del país, vivió en España la mayor parte de su
vida.
“Lo más
grandioso es cómo encaró los desafíos de su vida. De joven se propuso ideales
muy nobles. Lo más destacado de su vida es que siendo un verdadero cristiano
nunca dejó de ser mapuche”, contó el padre Vicente Juan Tirabasso, inspector
provincial salesiano de la Patagonia.
En 1930, el Pbro. Luis J. Pedemonte, de arraigada
familia bernalense, comienza a propagar las virtudes y la devoción al
“Indiecito Santo” con lo cual recoge y publica abundantes testimonios de
gracias recibidas por aquellos que lo rezaban y lo conocieron.
El anuncio de su beatificación también generó
rechazos en un sector de la comunidad mapuche, que la considera: “Un
acto de avasallamiento cultural. A nosotros nos parece que esta decisión
beatificar a Ceferino, uno de los siete hijos de Manuel Namuncurá,[1] héroe de la
resistencia mapuche, es una verdadera ofensa a la historia y a la memoria de
nuestro pueblo. Fue entregado para ser convertido al cristianismo, lejos de su
comunidad y su pueblo. Su beatificación despierta toda esa memoria de mucho
dolor”, aseguró Jorge
Nahuel, portavoz de la Coordinación de Organizaciones Mapuches (COM) de
Neuquén. “La Iglesia salesiana era la herramienta que necesitaba el Estado”, agregó
(concepción con la que coincidimos ampliamente)
Nahuel se refiere a la llamada ‘Campaña del Desierto’,
ese plan de exterminio sistemático de indígenas llevado adelante a fines del
siglo XIX con el objetivo de conquistar sus territorios, se aprestaba a dar su
golpe final contra los mapuches, cuyos dominios se extendían en el sur de Argentina
y Chile, cuando nació Ceferino, hijo del cacique Manuel Namuncurá y la cautiva
chilena Rosario Burgos.
LA HISTORIA
OFICIAL
La historia oficial cuenta que Ceferino, al ver la
situación de marginalidad y miseria de su pueblo tras la capitulación ante las
fuerzas militares, le pidió a su padre que lo llevase a Buenos Aires para poder
estudiar y así “serle útil a su raza”.
Ayudado por los salesianos, de fuerte presencia en esa
zona, dejó su pueblo y
cursó los estudios en el colegio Pío IX, del que también era alumno por esa época
Carlos Gardel.
Pese a las dificultades del idioma y a una salud
deteriorada por la tuberculosis, superó el primer nivel de enseñanza y luego
inició los estudios sacerdotales. Destacado seminarista, fue enviado a Roma a
perfeccionarse.
Un año antes de su muerte fue recibido por el Papa
Pío X, quien nunca antes había conocido a un mapuche, además hijo de un gran
cacique, y quedó maravillado con ese joven que tan bien dominaba el italiano.
Al relatar en una carta el encuentro, Ceferino escribió: “El Santo Padre con qué atención, amor y afabilidad me escuchaba, cuando
me arrodillé para pedir la bendición sobre mi persona, familia y para los
indios de la Patagonia las lágrimas saltaban de mis ojos”.
Murió en Roma a los 18 años y
casi 20 años después trasladaron los restos a su tierra.
En 1972, el Sumo Pontífice lo declaró “venerable”, pero para avanzar en su beatificación debía constatarse previamente un
milagro. Este ocurrió en 2000, y
fue el caso de una mujer devota de Ceferino que se curó de un cáncer de útero
terminal y luego dio a luz. Una junta médica del Vaticano estudió el caso de
esta mujer cordobesa y consideró que la sanación de la enfermedad que padecía
la mujer no tenía explicación científica. Fue un milagro gracias a la
intercesión de Ceferino. En julio de este año, el papa Benedicto XVI firmó el
decreto de beatificación.En 1972, el Sumo Pontífice lo declaró “venerable”, pero para avanzar en su beatificación debía constatarse previamente un
“Yo no sé
si fue un milagro o la acción de los salesianos que cuando se mueven lo hacen
con todo. Fueron ellos los que divulgaron a Ceferino”, explicó el periodista Pedro Siwak,
especializado en temas religiosos.
Fue precisamente esta orden la que más peleó ante
las autoridades eclesiásticas para que la beatificación del aborigen fuese en Chimpay, un pequeño poblado de 5.000
habitantes en la provincia de Río Negro, conmovido por albergar la primera
ceremonia de este tipo en suelo argentino. Tradicionalmente tenían lugar en
Roma, pero por un cambio de política de Benedicto XVI ahora pasaron a
realizarse en el lugar de origen de los agraciados.
LA CEREMONIA
Fue bilingüe, en español y en el antiguo "mapudungun" o habla de la tierra,
la lengua sin escritura de los araucanos, en reconocimiento al origen de
Namuncurá. La introducción a la celebración estuvo a
cargo del
sacerdote Pedro Narambuena, párroco de Carmen de Patagones.
![]() |
Mausoleo de Ceferino |
Después llegó el momento solemne en el cual el
obispo local, Esteban Laxague, le solicite al cardenal Tarcisio Bertone la
beatificación del Lirio de las Pampas.
Los misioneros laicos de origen mapuche Hermelinda Painequeo
y Aparicio Millapi ascendieron al estrado; la mujer formuló el
pedido de beatificación en "mapudungún" y el hombre hizo la
traducción al español.Los misioneros laicos de origen mapuche Hermelinda Painequeo
Después el cardenal Bertone leyó una carta del sumo
pontífice y fue descubierta una gigantografía de 10 metros de alto y cuatro de
ancho, con el rostro del beato. Luego, se realizó la celebración de la
eucaristía, entre Bertone y Laxague, con el acompañamiento del cardenal primado
de la Argentina, Jorge Bergoglio
(hoy Papa Francisco). Tras la homilía, en el momento litúrgico de la oración de
los fieles se hizo invocaciones pidiendo por el respeto a los pueblos
originarios.
LOS
FIELES EN POSADAS
La fe en Ceferino no es nueva para los argentinos.
De hecho la
popularidad de la creencia en Namuncurá hizo que la gente lo eleve
al rango de santo, sin contar con esa bendición papal, como ocurre con los
santos populares.
![]() |
Ceferino a los 19 años |
Los estudiantes le hacen promesas a cambio de su
ayuda en los exámenes y lo invocan como guía y protector de sus estudios.
En Posadas, en la Chacra 126, Tacuarí casi Jaureche,
se ubica la Comunidad Ceferino Namuncurá, la última incorporada a la parroquia
San Miguel. Los fieles se reúnen todos los sábados a las 17 para ofrendarle sus
plegarias, el predio propiedad del Obispado cuenta con una cruz mientras que
los miembros de la comunidad avanzan en el proyecto de construcción de una
ermita.
Compilación y crónica Chalo Agnelli
FUENTES
NOTAS
[1] Y de la chilena Rosario Burgos. Ceferino
era nieto del caudillo mapuche Calfucurá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario